El marco que brinda la reglamentación del encuentro genera la incorporación de espacios para un diálogo diverso, ya que las normas prescriben un momento para que cada delegación haga uso de la palabra; generando una mecánica en la que necesariamente el participante debe escuchar, así como ser escuchado. El orden del debate es fundamental para el desarrollo del encuentro, porque establece de manera férrea una estructura donde todas las posturas tienen derecho a ser expresadas. También permite conocer la naturaleza protocolar que tiene el debate en grandes asambleas, tanto supraestatales (el caso de la ONU), así como estatales.

En resumen, la incorporación de normas de procedimiento enmarca todo el contenido teórico de las capacitaciones anteriores en un ambiente de debate democrático, moderado por las autoridades del encuentro como representantes del reglamento de Naciones Unidas.